Los ensayos de la biota en busca de contaminantes o sustancias químicas suelen ser parte de los proyectos de evaluación ambiental.
Algunos de los mejores ejemplos conocidos son la evaluación biótica de águilas, focas y peces para evaluar las concentraciones de PCB en el Mar Báltico, y de animales árticos para demostrar el transporte a gran distancia de contaminantes hasta lugares prístinos.
Con frecuencia, los ensayos de muestras bióticas se llevan a cabo en conexión con análisis de otros tipos de muestras, como agua o sedimentos. ALS ha participado en proyectos en los que se han analizado muestras de agua y sedimentos además de la biota (cuando corresponda) para detectar todos los compuestos enumerados en la Directiva Marco del Agua. Los ensayos de los niveles de contaminantes en la biota darán una visión diferente en comparación con los sedimentos. Los niveles detectados en la biota serán la llamada fracción biodisponible de los contaminantes. En el caso de algunos compuestos o grupos de compuestos, la diferencia es más pronunciada. Las dioxinas exhibirán un patrón diferente de congéneres en la biota que en los sedimentos. Esto se debe en parte a la biodisponibilidad, pero también a la velocidad de excreción de algunos congéneres.
Ciertos contaminantes ascienden a través de los diferentes niveles de la cadena alimenticia y pueden afectar a los seres humanos por bioacumulación y bioamplificación en el ecosistema. ALS ofrece una gama de análisis para este segmento, y dependiendo de los compuestos en cuestión, podemos evaluar plantas y animales terrestres y acuáticos, tejidos de animales, huevos, sangre y suero, así como sangre, suero y leche humana.
Los eventos naturales y las actividades humanas pueden afectar de muchas maneras reales los ambientes acuáticos y terrestres. En ALS podemos estudiar organismos acuáticos y terrestres – bacterias (Vibrio fischeri), peces (Poecilia reticulata), algas (Desmodesmus subspicatus), artrópodos acuáticos (Daphnia magna Straus), plantas superiores (Sinapis alba, Lactuca sativa), artrópodos terrestres (Folsomia candida), anélidos terrestres (Enchytraeus crypticus) para mencionar solo unos cuantos. La pruebas de ecotoxicidad generan información sobre la intensidad de los efectos adversos resultantes de las influencias humanas y pueden producir datos durante la evaluación del posible impacto ambiental de sustancias descargadas en el agua o esparcidas en el suelo.